Hoy, 28 de abril, el movimiento obrero tenemos que denunciar todos y cada uno de los accidentes laborales que han ocurrido. Todas y cada una de las muertes sufridas consecuencia de la actividad en un puesto de trabajo. Y es que las cifras de un terrorismo patronal que se niega a mejorar las condiciones laborales están al alza mientras muchas empresas siguen teniendo unos beneficios que chocan con la realidad de nuestra clase.
En 2023 se produjeron en Castilla y León, un total de 26.336 accidentes con baja en el trabajo, lo que representa un aumento del 5,1% en comparación al año 2022. Además el índice de incidencia global se situó en Castilla y León en 2.852,8 accidentes con baja por cada 100.000 ocupados, también muy por encima de los 2.715 de la media en España. Actualmente, para el período entre marzo de 2023 y febrero de 2024, lideramos el ranking de crecimiento de este índice con un 2,8%. Desgraciadamente, nos hemos acostumbrado a que Castilla y León figure entre los primeros puestos en la siniestralidad laboral, así, tenemos la quinta posición en la lista de territorios con mayor índice de incidencia de accidentes mortales.
Han pasado más de 28 años desde que entró en vigor la Ley de Prevención de Riesgos Laborables , la ley 31/1995, y los datos muestran que hemos avanzado muy poco. El incumplimiento de la ley por parte de empresarios y el poco interés por parte de los diferentes gobiernos en dotar de medios a la Inspección de Trabajo están detrás de este problema. Según la ley, toda empresa está obligada a realizar una evaluación de riesgos en cada puesto de trabajo, pero los informes son un cortapega, cuando no están directamente desfasados, y las actuaciones para evitarlos se alargan en el tiempo.
Y es que la ley es un simple papel mojado si no hay una fuerza que exija su aplicación. Así, no podemos seguir confiando en que otros agentes y entidades hagan que se eviten más muertes en nuestros trabajos. Por ello es imprescindible la organización y la reivindicación, por ello es imprescindible que exista un motor que exija el cumplimiento de las condiciones de seguridad laboral que sean necesarias para evitar accidentes, lesiones y muertes. Tanto es así que sólo la clase trabajadora puede salvarse a sí misma con su capacidad de transformación, capacidad en la que juega un papel fundamental la organización sindical.
Desde el PCE-CyL reivindicamos una vez más que el número de víctimas no puede ser tomado a la ligera, como meras estadísticas. Es intolerable que una persona muera por realizar el trabajo que, a duras penas, le garantiza una vida digna. Por eso llamamos a la organización en los sindicatos y a la movilización sostenida que permita que en los centros de trabajo se acabe con todo tipo de abusos que perjudican, e incluso arrebatan, nuestras vidas.
Sobrevivir en tu puesto de trabajo no es un privilegio. Es un derecho.
Sus beneficios, nuestra ruina.
A continuación te dejamos el listado de las movilizaciones de toda Castilla y León.